El festival tiene un segmento dedicado a promover nuevos talentos, además de secciones que incorporan nuevas tecnologías como realidad virtual, cine digital e interactivo. En esta edición el contenido mexicano consta de un documental y un cortometraje:
El documental Artemio de la directora, Sandra Luz López Barroso, retrata la vida de un niño de diez años que nació y creció en Estados Unidos, y que regresa a México para encontrarse con su madre, una mujer oriunda de la Costa Chica de Oaxaca, este documental se derivó de un proyecto fotográfico que López Barroso realizó en torno a Catalina Noyola Bruno, una señora de cien años bisabuela de Artemio. Este trabajo es además es también una mirada a la comunidad negra de nuestro país.
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El cortometraje Uriel y Jade, por Eduardo Esquivel, refleja la historia de un joven coreógrafo que vive en el pueblo de Mezcala, experiencias adversas han marcado su vida confundiendo su identidad. Siendo Mezcala un lugar muy conservador, Uriel se encuentra en una lucha por definir su orientación sexual.
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