Mensaje del canciller José Antonio Meade Kuribreña en la inauguración del Foro México en el Mundo en el Senado de la República
México, D. F., 16 de febrero de 2015
Muy buenos días tengan todos ustedes. Senador Miguel Barbosa Huerta, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República; senador Emilio Gamboa Patrón, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República; doctor José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos; señor senador Álvaro Uribe; señores coordinadores parlamentarios; señores senadores; embajadores acreditados en México; señoras y señores embajadores de México en el mundo; señoras y señores.
En nombre de la Secretaría de Relaciones Exteriores y en el mío propio, agradezco la invitación a participar en el Foro México en el Mundo, Diagnósticos y Perspectivas de las Relaciones Exteriores al que nos ha convocado el Senado de la República.
Reconozco y valoro profundamente la visión del senador Miguel Barbosa, quien tuvo la iniciativa de organizar este encuentro. Sé que contó, en todo momento, con el respaldo de la Junta de Coordinación Política, de cada uno de los coordinadores de las fracciones parlamentarias y de los presidentes e integrantes de las distintas comisiones de esta soberanía involucradas en asuntos internacionales.
Es un honor para quienes servimos a México desde la cancillería, desde nuestras embajadas, misiones y consulados, participar en este innovador encuentro.
La vinculación de México con el mundo es un patrimonio compartido, resultado de la interacción de importantes actores, no es una relación estática, evoluciona continuamente para responder a los cambios políticos, económicos e incluso tecnológicos del entorno internacional.
Por eso debemos reflexionar una y otra vez en torno a los retos y oportunidades que nos presenta el escenario mundial, e incorporar a nuestro análisis la perspectiva de otras instituciones y organizaciones.
Esa fue la instrucción que recibimos del presidente Enrique Peña Nieto. El primer paso para cumplirla fue la elaboración del quinto capítulo del Plan Nacional de Desarrollo: México, actor con responsabilidad global, que recogió numerosas iniciativas y propuestas provenientes de todos los sectores sociales mediante una consulta abierta.
El actual Programa Sectorial de la Secretaría, que traza las líneas de acción de nuestra labor cotidiana, fue una combinación de ese esfuerzo. Nuestro diálogo permanente con el Poder Legislativo, con otros órdenes de gobierno y con organizaciones de la sociedad civil, es parte igualmente de esa visión a la vez plural e integral de la estrategia internacional de México.
El contexto internacional ofrece grandes posibilidades para la promoción de nuestros intereses y valores. Como pocas veces, el mundo hoy presenta circunstancias favorables para el desarrollo y la prosperidad.
Disfrutamos las ventajas que brinda la comunicación instantánea, la versatilidad de medios de información y el acceso al conocimiento más allá de las fronteras.
Vivimos en un nuevo paradigma energético que ofrece mayor movilidad y mejor calidad de vida en todas las latitudes. Hemos alcanzado altísimos niveles de rendimiento en agricultura, los continuos avances en las ciencias médicas, se refleja en mejor salud y una mayor expectativa de vida y las políticas sociales y grandes esfuerzos han sacado en el lapso de unas cuantas décadas a cientos de millones de personas de la pobreza en el mundo.
Son pues muchas las razones para ser optimistas. Al mismo tiempo, sin embargo, y citando las palabras que Henry Kissinger pronunciara justamente hace un par de semanas en un ejercicio similar a este, el mundo no había visto un conjunto de crisis tan diversas y complejas, desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Entendemos esta complejidad en dos dimensiones, tanto por los factores de riesgo que enfrentamos, como por los cambios en las estructuras de la gobernanza mundial que hemos construido para hacerles frente.
Apunto tres factores de riesgo global que merecen atención particular: en primer lugar hoy observamos conflictos geopolíticos que habían estado ausentes o quizá latentes durante décadas.
El retorno de esos conflictos genera tensiones globales y el rompimiento de equilibrios que son indispensables para la estabilidad y la prosperidad.
En su análisis más reciente de las grandes tendencias internacionales y Ian Bremmer concluyó que la geopolítica está de vuelta. En efecto, antiguos problemas territoriales y disputas por delimitaciones fronterizas son hoy nuevamente un factor de inestabilidad.
Esas confrontaciones políticas generan incertidumbre y obstaculizan el desarrollo de distintas regiones.
El terrorismo, segundo riesgo internacional que deseo destacar, amenaza en muchos rincones del mundo la convivencia pacífica. Un informe elaborado por la Conferencia de Seguridad de Múnich concluyó que este fenómeno se ha vuelto más diversificado y descentralizado, lo que crea nuevos santuarios y alimenta inestabilidad regional.
El tercer y último factor de riesgo global que quisiera apuntar está relacionado con las amenazas para la salud y las pandemias. Pierre de Mon Viant, fundador del Instituto Francés de Relaciones Internacionales, señaló hace algunas semanas que problemas de enorme gravedad, como la epidemia del Ébola, nos recuerdan de manera más general que las cuestiones de salud estarán crecientemente en el centro mismo de la gobernanza internacional.
Esta breve relación de riesgos y tensiones no pretende ser exhaustiva. Busca solamente esbozar algunos de los desafíos más apremiantes que debemos superar para mantener la estabilidad, salvaguardar la paz y hacer posible un desarrollo económico y social armónico.
El complejo entrono internacional hace aún más necesaria la coordinación y la cooperación entre países, así como al interior de cada uno de ellos.
Hoy tenemos mejores herramientas para responder con oportunidad a estos riesgos, sumar la solidaridad y cooperación entre las naciones y movilizar recursos humanos y financieros en el ámbito nacional e internacional.
Sin embargo, la falta de diálogo, la incapacidad para generar consensos, discursos dominados por los extremos y por minorías radicales y la desinformación socavan con frecuencia estas posibilidades.
Esto nos lleva al segundo elemento de complejidad al que me refería hace un momento. El orden mundial experimenta una creciente dispersión del poder político, el surgimiento de influyentes actores con agendas disímiles, las secuelas de una profunda crisis económica y la amenaza constante de tensiones nacionalistas.
No existen respuestas simples ni soluciones unívocas a los retos de este mundo en transformación. La mejor estrategia consiste en trabajar en las transformaciones internas y que su resultado sea nuestra carta de presentación ante el mundo.
Al análisis y solución de los retos globales de nuestro tiempo, contribuyen instituciones académicas, centros de reflexión y asociaciones no gubernamentales.
Contribuyen también diferentes órdenes e instituciones del Estado, gobiernos nacionales, organismos autónomos y de manera especialmente relevante, como lo vemos hoy, los parlamentos.
El Senado de la República tiene por mandato constitucional facultades exclusivas en materia de política exterior. Ejerce esas responsabilidades con el apoyo de ocho comisiones de relaciones exteriores y dos de asuntos fronterizos.
El seminario que hoy inicia, el primero en su género, contribuye al ejercicio de esas funciones al promover un diálogo franco, cercano y constructivo entre poderes de cara a la sociedad.
Estoy seguro de que la labor de México, como actor con responsabilidad global, eje central de la política exterior del Presidente Peña Nieto, se verán fortalecida, como aquí señaló el senador Barbosa, por el análisis que se desarrolle en estas sesiones.
La estructura de este foro resulta especialmente afortunada. Cada Mesa permite emprender un análisis conjunto, de tareas fundamentales en la promoción y defensa de los intereses de México.
La agenda de actividades de la Comisión de Relaciones Exteriores, por ejemplo, revela una profunda coincidencia en la prioridad asignada a nuestros principales socios comerciales, pero también a otros países con los que buscamos ampliar y profundizar nuestros vínculos.
El diálogo de México con el mundo requiere del intercambio permanente y franco entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, que esta Comisión de Relaciones Exteriores ha impulsado.
La agenda desarrollada por la Comisión de América Latina y el Caribe, es congruente con las prioridades que desde el Poder Ejecutivo hemos identificado para nuestra actuación en esta Región:
Integración económica, cooperación para el desarrollo, seguridad, previsión y asistencia ante desastres naturales, ordenamiento migratorio.
En los trabajos de esta Comisión, al igual que en la labor de la Cancillería, destaca el comprometido impulso a la Alianza del Pacífico y a otros mecanismos regionales de concertación, así como la relación con el Caribe.
América del Norte tiene todo lo necesario para convertirse en la Región más competitiva y dinámica del mundo.
Lograr que lo sea es un objetivo que compartimos con la Comisión Especializada en esta Región.
Los espacios de diálogo, análisis y prospectiva que sus integrantes han propiciado, permite una labor complementaria entre los dos Poderes.
Ello se ha traducido en mayor financiamiento para proyectos de infraestructura y energía en acciones dirigidas a reducir la brecha entre los derechos de que goza un ciudadano y los que disfrutan los migrantes, y en protección que de manera cotidiana brindamos a nuestros connacionales.
En estos difíciles momentos y de conformidad con las instrucciones del Presidente Peña Nieto, el Gobierno de México ha estado cerca de la familia de Antonio Zambrano Montes, para brindarle toda la colaboración y asistencia que requiera.
La Secretaría de Relaciones Exteriores ha brindado asistencia consular y asesoría jurídica a sus familiares, desde que se tuvo conocimiento de los hechos.
El diálogo que hemos construido con la ONU y con sus organismos especializados, nos permite participar en la búsqueda de soluciones a grandes retos globales, como el cambio climático, la promoción de un desarrollo incluyente y sustentable, el mantenimiento de la paz y los esfuerzos a favor del desarme o del control del comercio de armas convencionales.
La Comisión de Organismos Multilaterales es parte fundamental de este diálogo. Su participación en la comisión de las partes sobre cambio climático y en la Conferencia sobre el Impacto Humanitario de las Armas Nucleares, demostró un profundo conocimiento de los temas sustantivos y una invariable disposición a promover la visión de México en el debate de estos grandes temas.
Al interior del G20, en el marco de la plataforma informal de MIKTA, hemos procurado fomentar el diálogo entre países de similar peso económico e influencia regional. Junto con Australia, Corea, Turquía e Indonesia fortalecemos el papel de estas potencias medias en la gobernanza mundial, buscando soluciones pragmáticas y creativas a desafíos compartidos.
Tenemos profundas coincidencias con las prioridades identificadas por la Comisión de Asia-Pacífico, en especial la determinación de fortalecer nuestros vínculos con esa dinámica región.
El Foro Parlamentario Asia-Pacífico convocado por el presidente de esta comisión, propició un acercamiento sin precedentes entre legisladores de la cuenca del Pacífico. Los trabajos, enfocados a identificar y aprovechar cabalmente las oportunidades económicas que ofrece a nuestro país el Oriente Medio, en especial la zona del Golfo Arábigo, han sido igualmente importantes.
La Comisión de Europa ha realizado también una ardua labor de acercamiento entre parlamentos y acompaña decididamente los esfuerzos para poner al día el marco legal que gobierna nuestros lazos con aquella región.
Esta comisión conduce, en particular, un importante diálogo en torno al acuerdo global México-Unión Europea y lleva a cabo una rica agenda que busca aprovechar mejor nuestros vínculos con los países europeos.
Nos hemos propuesta incrementar nuestra presencia en el Continente Africano, para lograrlo, estamos explorando nuevos esquemas de representación diplomática e identificando oportunidades en las que existan coincidencias de beneficio recíproco.
La Comisión de África reconoce bien estos empeños y los acompaña mediante el diálogo con sus contrapartes en temas como el fortalecimiento de las instituciones electorales, el combate a la pobreza, la mejora de los servicios de salud y la cooperación contra el terrorismo.
El gobierno de México mantiene su compromiso de avanzar en la construcción de una nueva cultura de participación de la sociedad. En el Senado, la conducción de este diálogo corresponde a la Comisión de Organismos no Gubernamentales.
El surgimiento de nuevos actores en la escena internacional ha vuelto indispensable fortalecer nuestro diálogo con una gran diversidad de asociaciones y organizaciones de la sociedad civil.
Las Comisiones de Asuntos Fronterizos, tanto para frontera norte como para la frontera sur, han analizado temas cruciales para la prosperidad, la seguridad y la calidad de vida de nuestras comunidades fronterizas.
La cancillería valora profundamente su contribución en la búsqueda de soluciones a algunos de los retos más complejos de nuestros vínculos con el exterior.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto despliega una política exterior que hace de la responsabilidad global el eje de la actuación de México. Ello ha supuesto consolidar las fortalezas internacionales de México y construir nuevas bases para defender y promover nuestros intereses en el exterior.
La agenda multitemática y de resultados concretos con América del Norte, el diálogo cercano que hoy conducimos con potencias medias, las acciones encaminadas a reducir la brecha entre los derechos de un ciudadano y los de un migrante, la integración productiva y comercial en el marco de la Alianza del Pacífico, el acercamiento a países observadores de este mecanismo, la ampliación de nuestra cooperación con América Central y con El Caribe, el fortalecimiento de nuestros vínculos con Asia, la ampliación de nuestra presencia en África, la determinación de participar en operaciones para el mantenimiento de la paz, la exploración de las posibilidades de explotación de los fondos marinos y el desarrollo de normas para su aprovechamiento, la mejora en los servicios que prestamos a nuestra población, desde la emisión de pasaportes hasta la protección a todo aquel connacional que lo requiera en el exterior, son algunos de los avances principales que hemos alcanzado en poco más de dos años de gestión.
Todo ello ha sido posible bajo la dirección del presidente Peña Nieto con la colaboración de innumerables actores y la labor comprometida del Servicio Exterior Mexicano.
Expreso una vez más mi gratitud a las y los titulares de las distintas comisiones de relaciones exteriores del senado por organizar las mesas temáticas. Nuestro reconocimiento, asimismo, para cada uno de los ponentes y conferenciantes, a los ex cancilleres, embajadores, especialistas, líderes de opinión, académicos. Mi más sincero agradecimiento.
Habrá dos ausencias en este primer foro; estaba convocado, y ya había aceptado, el ex senador y ex canciller Fernando Solana, y la ex senadora y ex canciller Rosario Green. Por razones de salud no pudieron asistir. Y yo quisiera, al terminar esta breve intervención, que sintieran en su aplauso el afecto y el deseo por su pronta recuperación.
Muchas gracias.