Homenaje a Benito Juárez

Video: https://youtu.be/3I1POpiVlpk  

La mañana de este 21 de marzo las representaciones de México en Roma realizaron de forma conjunta la conmemoración del natalicio de Benito Juárez en la plaza dedicada al Benemérito de las Américas en esta ciudad. El personal diplomático depositó una ofrenda floral, montó una guardia de honor y entonó el Himno nacional. El embajador Alberto Barranco recordó que la pasión por la libertad, el amor por la soberanía nacional y el apego irrestricto a la ley valieron para hacer de Juárez una figura conocida y respetada en todo el mundo. La vida y el gobierno del indio zapoteca oriundo de Oaxaca se marcaron por fuertes yuxtaposiciones. Mandó fusilar al emperador Maximiliano de Habsburgo, porque ése era el castigo que la ley imponía a quienes contribuyeran a invadir la patria, pero ignoró la multitud de solicitudes de clemencia que recibió de figuras tales como el escritor Víctor Hugo, el unificador italiano José Garibaldi, la esposa del conservador mexicano Miguel Miramón y hasta de la princesa americano-alemana Inés de Salm-Salm. 

El discurso aludió a la ola de denuestos contra el abogado indígena durante la gubernatura de su estado natal, la presidencia de la Suprema Corte y la presidencia de la República.

“Juárez, el impasible, decían. Y también decían del indio ladino que abandonó el seminario para estudiar leyes en una escuela sin mérito, atea por decir lo más; el abogado acomplejado por su corta estatura frente a la de Maximiliano; el presidente que se congració con los Estados Unidos al plantear un Tratado de Libre Tránsito y Comercio con jurisdicción en el Istmo de Tehuantepec, la estrecha cintura de México con puntas a dos océanos… por más que el proyecto lo desvanecería la indiferencia del propio Congreso del país de Abraham Lincoln. Y, blanco de burlas y acciones racistas, los epítetos contra el presidente de la República volaban sin tregua, para unos el endemoniado que agredió a la Iglesia al ponerle frontera con el Estado, desterrando fueros y delimitando posesiones clericales, por más que, católico sin misa habitual, Juárez declarara día feriado al 12 de diciembre en gesto respetuoso de la devoción popular por la Virgen de Guadalupe.

 

Erguido frente a la tempestad, estoico frente a las amenazas de propios y extraños, Benito Juárez, con la federalista Constitución de 1857, le dio cimiento a la Nación mexicana. El constructor del Estado mexicano, lo mismo soberano que independiente; lo mismo justo que libre.

 

En tiempos difíciles para la humanidad –subrayó el embajador Barranco– cuando la sombra de la guerra se extiende y la destrucción pende de la voluntad de un puñado de voces y la potencia de las naciones con cimiento en el poder de las armas, la figura de presidente Benito Juárez entraña pasión por el derecho.

 

El respeto como cimiento, la dignidad como reliquia”.