Ofrenda de muertos de la Embajada de México ante la Santa Sede, en la iglesia de Santa Maria de la Luz en la zona de Trastévere, en Roma, dedicada a los migrantes latinoamericanos. En la inauguración se habló de la vieja tradición mexicana y su simbología con estación desde la época prehispánica, las flores, los platillos, los símbolos de eterna memoria. El camino de las almas y las catrinas, con génesis en la calavera garbancera del genial grabador José Guadalupe Posada, además del duro trance de los centroamericanos y caribeños en la epopeya de cruzar México para alcanzar el espejismo de Estados Unidos, en cuyo epicentro esta “el tren de la muerte” o “La bestia”…a cuyo paso brota la solidaridad generosa y heroica de “Las patronas” compartiendo su pobreza en bolsas de alimentos, bebidas, medicinas y ropa arrojadas en bolsas a quienes viajan en el techo de los furgones. El “Gracias, madre” como himno a la mano fraternal.