Cartas del Embajador

"CANCIONERO PICOT"

 Alberto Barranco Chavarría

Desbordadas, desbocadas, las ansias clavaban la mirada en la rendija de la puerta en espera de la buena nueva del Cancionero Picot. La señora al encuentro de las canciones; los jóvenes al calorcito de los chismes de los cantantes, y los niños a las aventuras narradas en verso de Chema y Juana. Un día rancheros otro, españoles: el cantaor, ella de mantilla sevillana y uno más exploradores en pos de las ruinas de Chichen Itzá. El Cancionero Picot, una página que nació en 1926 y murió en 1963… para resucitar varias veces, ya por la llegada a la luna, plasmada con cara de Juana; ya por las copas de mundo de fútbol en México de 1970 y 1986. Del reparto gratuito de un millón de ejemplares, que al final había llegado a cuatro, derivaría un popular programa de radio, a partir de 1930. De éste saldría el cantante y compositor Guty Cárdenas una noche de 1932, cuando decidió ir a la cantina Salón Bach de la calle de Madero… donde lo alcanzaría la muerte. Las balas mancharon de sangre el traje de charro del autor de “Granito de Sal”, “Nunca”. Y la caravana de artistas del Cancionero Picot recorría los pueblos desfilando por las calles como circo. Y bajo las puertas se deslizaban sobrecitos de la sal efervescente en catarata de recuerdos, recuentos entrañables.