Cartas del Embajador
"ISLA DEL TERROR DE XOCHIMILCO"
Alberto Barranco Chavarría
Coctel de asombro, horror y misterio, la navegación por los más recónditos canales del lago de Xochimilco se topa de pronto con el insólito: árboles de muñecas. Como frutos podridos las caras tuertas o de plano ciegas. El polvo de años incrustado en el vinil o el sololoy, piernas, brazos, cabezas renegridas en danza macabra con telones de banderas tricolores y vestidos típicos vueltos girones: la isla de las muñecas, la chinampa prehispánica en que la superstición incrustó cientos, miles de muñecas a manera de protección frente al regreso de los muertos. La niña cuyo cuerpo se enredó en la flora marina que medio siglo después sigue gritando auxilio. La cabaña del altar de la reina, las barbies que se negaron al cementerio, la orgullosa carita de porcelana en busca de sedas para su vestido, la vieja muñeca articulada a base de ligas que aún mueve un brazo, tal vez compasión, tal vez saludo. El Valle de las Muñecas, mil historias, dice la conseja en imán para atraer alemanes, franceses, japoneses.
Mito y magia en el Xochimilco del Niñopa y la película de María Candelaria.
FOTO: trajinerasxochimilco.com.mx