Se presentan a continuación los comunicados oficiales sobre la posición de México ante la situación vigente en Venezuela.

Ciudad de México, a 3 de febrero de 2019.
El secretario Marcelo Ebrard encabezará la delegación de México en la conferencia internacional de Montevideo sobre la situación en Venezuela
México da la bienvenida a la iniciativa de diálogo refrendada por el Grupo de Contacto Internacional, que tendrá lugar el próximo 7 de febrero en Montevideo, Uruguay. El grupo está compuesto por la Unión Europea, Francia, Alemania, Italia, Holanda, Portugal, España, Suecia y el Reino Unido, así como Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Uruguay.
Con respecto a la participación de México, el secretario Marcelo Ebrard encabezará la delegación nacional en Montevideo para impulsar el diálogo hacia una resolución pacífica y democrática de la situación en Venezuela. El 6 de febrero, el secretario sostendrá reuniones bilaterales con la delegación de Uruguay y con las naciones caribeñas que pertenecen a la Comunidad del Caribe (CARICOM), entre otras.
México participará en las reuniones celebradas tanto el 6 como el 7 de febrero guiado por la intención de construir un diálogo fructífero entre la comunidad internacional que contribuya a encontrar una salida política frente a la polarización. México refrenda su convicción por el diálogo y la diplomacia como la mejor alternativa para evitar el conflicto, proteger los derechos humanos y construir una paz democrática en Venezuela.

México y Uruguay urgen a la sociedad venezolana a encontrar una solución pacífica a sus diferencias

México y Uruguay brindan puntual seguimiento a los recientes acontecimientos en la República Bolivariana de Venezuela. De forma conjunta, el Gobierno de Uruguay y México formulan un llamado a todas las partes involucradas, tanto al interior del país como al exterior, para reducir las tensiones y evitar una escalada de violencia que pudiera agravar la situación. Conforme a los principios de derecho internacional, México y Uruguay urgen a todos los actores a encontrar una solución pacífica y democrática frente al complejo panorama que enfrenta Venezuela. Para alcanzar dicho fin, ambos países proponen un nuevo proceso de negociación incluyente y creíble, con pleno respeto al Estado de Derecho y los derechos humanos. Los Gobiernos uruguayo y mexicano, en sintonía con las declaraciones de la Organización de Naciones Unidas y la Unión Europea, así como de los Gobiernos de España y Portugal, manifiestan su completo apoyo, compromiso y disposición para trabajar conjuntamente en favor de la estabilidad, el bienestar y la paz del pueblo venezolano. 

México se apega a sus principios constitucionales y respalda llamado de las Naciones Unidas 

En apego a nuestros principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de controversias internacionales, igualdad jurídica de los Estados, respeto, protección y promoción de los derechos humanos y de lucha por la paz y la seguridad internacionales (Art. 89, fracción X de nuestra Constitución), México no participará en el desconocimiento del gobierno de un país con el que mantiene relaciones diplomáticas. Coincidimos plenamente con el llamado de la Organización de las Naciones Unidas a que todos los actores involucrados en el conflicto en Venezuela reduzcan tensiones, hagan los mayores esfuerzos por evitar un escalamiento y rechacen cualquier tipo de violencia política. Compartimos además con la República Oriental del Uruguay el exhorto al diálogo entre las partes y, al igual que España y Portugal, hacemos votos por una salida política a la situación en Venezuela.

 

Elementos discursivos de la política exterior de México

Desde el 1º de diciembre de 2018 y durante la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules, el Presidente de México delineó los objetivos de política exterior 2018-2024, los cuales toman como base la vigencia, eficacia y justicia de los principios constitucionales de la política exterior mexicana contenidos en el artículo 89 constitucional, fracción X. Con ello, México afirma su apego al derecho internacional y al legado histórico del cual emanaron.

 

En 1988 estos principios de política exterior –los cuales fundamentan el actuar de México en el escenario global– se elevaron a rango constitucional, resultado de la experiencia histórica nacional, así como de la evolución y progresividad del derecho internacional: autodeterminación de los pueblos; no intervención; solución pacífica de controversias; proscripción de la amenaza y el uso de la fuerza; igualdad jurídica de los Estados; cooperación internacional para el desarrollo; respeto, protección y promoción de los derechos humanos  –incluidos en la reforma constitucional de 2011 y prueba de la adaptación de México a nuevas realidades– y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.

 

Estos principios deben interpretarse y entenderse como vigentes e interdependientes: la Constitución mexicana no establece jerarquías entre ellos. Asimismo, la política exterior e interior también son interdependientes porque expresan y velan por las prioridades e intereses nacionales. En este tenor, el nuevo gobierno asume como responsabilidades y obligaciones, de igual importancia y jerarquía, todos y cada uno de los principios de política exterior, y abocará toda su experiencia y voluntad política por su cumplimiento eficaz e integral.

 

Esta visión responde a una lógica real, no ideal: México es congruente y coherente con su actuar internacional.

 

Durante los próximos seis años, la diplomacia mexicana se caracterizará por estar basada en los principios constitucionales, al tiempo de ser responsable, activa, constructiva y propositiva. Su desenvolvimiento estará a la altura de los cambios que se presenten en el escenario mundial en consonancia con el sistema jurídico internacional. La base de esto incluye también el respeto y amistad hacia todos los pueblos y gobiernos del mundo, además de fortalecer las múltiples pertenencias de México  –tanto en América del Norte como su vocación latinoamericanista– y observando que “el respeto al derecho ajeno es la paz”.

 

Para ser claros: México no ignora ni ignorará, tampoco condona ni condonará las violaciones a los derechos humanos que ocurran en otras latitudes. Tampoco se sumará al infructuoso camino de la presión internacional caracterizado por sanciones y descalificaciones.

 

México propondrá y apoyará iniciativas encaminadas a que las sociedades de cada país encuentren, en ejercicio de su soberanía, una solución pacífica a sus conflictos, por medio del diálogo e incluyendo a todos los actores involucrados.

 

La actual apuesta de la diplomacia mexicana es dar respuesta a los problemas internacionales más apremiantes con la firme vocación –como se ha demostrado a lo largo del tiempo en temas tan diversos como desarme o cambio climático– de contribuir a las mejores causas de la humanidad, al tiempo de evitar posturas y divisiones ideológicas.

 

La razón asiste a México: el principio de no intervención como el de la protección a los derechos humanos forman parte esencial del orden jurídico internacional y de la política exterior mexicana, son principios interdependientes. El respeto de ambos  –en un mundo cada vez más globalizado– resulta fundamental para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales.