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EL SEÑOR DE LAS LLAVES

 

Una parte fundamental del Cuerpo de Custodia de los Museos Vaticanos es la figura de los amos de llaves, integrada por diez personas: las únicas con acceso al búnker donde se guardan las 2798 llaves de los Museos Vaticanos, todas ellas numeradas, excepto una, la que guardada en una caja fuerte especial y permite el acceso a la Capilla Sixtina. Su antigüedad se remonta a 1870 y es un ejemplar único. En esto se diferencia de todas las demás, cada una de las cuales tiene hasta cinco ejemplares. En la misma bóveda se encuentran las llaves que antes del Cónclave, la elección de un nuevo papa, se utilizan para sellar las puertas que conducen desde los Museos al sacellum pintado al fresco por Miguel Ángel, donde tiene lugar la elección del sucesor de Pedro.

El tintineo metálico del voluminoso manojo acompaña los pasos del amo de llaves, que cada mañana abre todo el itinerario de la visita de los museos a la biblioteca, partiendo del Museo Pio Clementino. A este último pertenece la llave más antigua, número 401, forjada en 1770. Al amanecer y al atardecer el amo de llaves recorre en soledad y a la luz de una antorcha, a historia larga cinco siglos de las colecciones papales.

En días ordinarios los museos vaticanos reciben un promedio de 30 mil personas.