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OTRA VISIÓN DE LA ÚLTIMA CENA
Entronizada en la memoria la imagen de la Ultima Cena de Jesús con sus apóstoles plasmada por el genio de Leonardo da Vinci, de pronto los visitantes al poblado de Rivello de la región de Basilicata se topan con una escena distinta. Ahora el recinto en donde el Hijo de Dios instituyó el sacramento de la eucaristía en la transustanciación del pan y el vino en su cuerpo y su sangre, ha dejado de ser humilde para volverse si no señorial sí lujoso. Más aún, además de los 13 a la mesa aparecen dos asistentes ataviados ricamente ofreciendo las viandas, además de una pareja. En paralelo, la mesa está cubierta por un mantel con finísimos bordados.
El curioso fresco plasmado por un pintor lucano de Abriola llamado Giovanni Todisco se ubica en el refectorio de un antiguo convento franciscano rodeado de vegetación. El mecenas de la obra fue Ettore Pignarelli, señor feudal de la zona, justo quien aparece en la escena con su esposa. La cena se desarrolla en una habitación de su regia mansión, jugando con la idea de que la pareja hubiese sido la anfitriona.
Alegoría de fantasía, pero al fin y al cabo una visión distinta de la cena del Señor.
