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CATEDRAL VEGETAL
Entre la catarata de asombros a que convoca Italia a sus visitantes –arte, historia, cultura– destaca una singular catedral vegetal. Estamos hablando de una construcción de material natural local erigida en una loma aislada rodeada por una cortina natural de bosque enclavada en la provincia de Bérgamo, el símbolo máximo de un proyecto promovido por el parque de la Orobie Bergamasche y los municipios de Oltre il Olle, Roncobello y Ardesio, encaminado a recuperar el esplendor de sus especies vegetales.
El recinto se construyó en sintonía con la tradición del antiguo marte del tejido, entrelazando madera flexible, clavijas, clavos y cuerdas en respeto estricto al ciclo natural de nacimiento, crecimiento y decadencia. Su entorno lo constituyen los Alpes orobianos, un enjambre de pueblos y aldeas ajenos a las rutas turísticas habituales a desdén de un entorno natural idílico de altas montañas y arroyos risueños.
El artífice de la obra inaudita es el artista local Giuliano Mauri, con una larga obra de arquitectura natural de asombroso realismo. La lección habla de que aún con el empleo de materiales de vida breve, la naturaleza es capaz de llenar nuevamente los vacíos dejados por el deterioro.
La construcción de la catedral vegetal se inició en el 2001, interrumpiéndose por la muerte de éste. Por fortuna llegaron al relevo sus discípulos, culminándose la tarea en el 2010.
