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Serie audiovisual Cien años con Juan Rulfo, siete capítulos de una hora de duración c/u, sobre la vida y la obra del narrador mexicano producidos por su hijo Juan Carlos: 

 

100 Años Con Juan Rulfo

 

 

Cap. 1: Hacia El Llano en llamas.

Entre 1945 y 1952 Juan Rulfo escribió los cuentos que serían publicados con el nombre de El Llano en llamas. En ellos cristaliza su mirada reflexiva y profunda sobre el México convulso de las postrimerías de la Revolución que le había tocado vivir. En los cuentos de El Llano en llamas, hay mucho del niño huérfano que fue, del joven tímido y del hombre reservado y observador que –armado con una libreta y una cámara- recorrió el país a pie o por carretera, como agente de migración, alpinista y vendedor de llantas. Los recuerdos familiares, la reconstrucción de un pasado lleno de sobresaltos, apuntala la exploración de los orígenes. ¿De dónde viene Juan Rulfo, cómo se gestó el escritor, qué paisajes lo acompañaban, qué voces, qué deseos, qué influencias lo enriquecieron, en dónde ancló el corazón mientras escribió sus primeras páginas?

 

Cap. 2: Pedro Páramo, el oficio de escribir.

Juan Rulfo se integra al Centro Mexicano de Escritores como parte de una generación vibrante y polémica de jóvenes escritores mexicanos. Ahí hizo grandes amistades, ahí asesoró a nuevos creadores y ahí también desarrolló su la novela Pedro Páramo, destinada a ser una obra cumbre de la literatura mexicana, a pesar de la controvertida recepción de la obra… Un autor maduro cuyas imágenes literarias, cuya prosa precisa, pulida y pulcra, se han quedado para siempre en los anales de la literatura universal.

 

 

Cap. 3: Las Imágenes de Rulfo.

Juan Rulfo fue un espléndido fotógrafo. Más de 7000 negativos en su haber dan cuenta de una trayectoria impecable y sistemática explorando las posibilidades del lenguaje de las imágenes. Armado con su Rolleiflex, Rulfo viajó y posó su mirada sobre el paisaje, sobre la arquitectura, sobre la ciudad, sobre los rostros que pueblan la realidad mexicana. Ni las imágenes de Rulfo son una ilustración de su literatura, ni su prosa puede acompañar o interpretar sus fotografías. Rulfo utilizó la fotografía como una herramienta expresiva en sí misma, explorando sus posibilidades estéticas y técnicas, inspirado también en una rigurosa apreciación y conocimiento del mundo de las imágenes y la luz.

 

Cap. 4: Un Hombre de Cine.

Como muchos otros escritores de su tiempo, Juan Rulfo se acercó al cine. Formó parte de una generación de creadores atraída inevitablemente por el cine de su tiempo. Gran cinéfilo, Rulfo se aproximó al cine como espectador, como fotógrafo de foto fija, como creador de argumentos y textos, e incluso como actor en alguna película. Sus obras han sido levadas a la pantalla en varias ocasiones a lo largo de la historia del cine mexicano con relativo éxito. Directores, actores, productores y críticos de cine dan cuenta de la complejidad y la dificultad de la adaptación cinematográfica de la obra de Rulfo. ¿Puede una literatura llena imágenes literarias, de atmósferas, de silencios, de juegos con el tiempo, ser adaptada al cine?

  

Cap. 5: El México de Juan Rulfo.

La mirada de Juan Rulfo siempre fue sensible a la realidad que lo rodeaba. Atenta a las voces, a los rostros, a la injusticia social y al despojo sistemático que sufría el pueblo desde tiempos coloniales y hasta la época actual. Hombre de su tiempo, informado y atento, Rulfo sabía de música, de cine, de literatura, de arquitectura y de fotografía, pero también de historia y de antropología. Apasionado por la historia de México, fue un hombre preocupado por aquellos que siempre fueron discriminados por una sociedad ladina y mestiza. El mundo indígena atrapó su atención desde que Juan Rulfo trabajó para la Comisión del Papaloapan en 1955 y 1956. En 1962, Rulfo se integra al Instituto Nacional Indigenista por invitación de Alfonso Caso , como corrector de estilo y editor. Desde ahí, durante más de 20 años y con inmensa generosidad, contribuyó a la edición de obras torales de la antropología mexicana, asistiendo además –desde esa situación privilegiada- a los cambios que habrían de ocurrir en la visión intelectual y académica sobre el mundo indígena. A cien años del nacimiento de Juan Rulfo, los pueblos originarios de México tienen hoy una presencia ineludible en la arena cultural y política nacional y son un actor fundamental para la defensa de nuestra identidad y soberanía.

 

 

 

 

Cap. 6: La dignidad del silencio.

Como tú sabes la infancia es una de las cosas que más permanecen en el hombre ¿no?. Sí, las remembranzas de la Infancia. Alli en la tierra estaba toda su vida, sesenta años de vivir sobre de ella, de encerrarla entre sus manos, de haberla probado como se prueba el sabor de la carne.

 

Cap. 7: Cien años con Juan Rulfo.

Un recorrido por los diversos quehaceres y saberes de un mexicano excepcional, en el México contemporáneo. A cien años de su nacimiento, Juan Rulfo sigue siendo fuente de inspiración para múltiples expresiones creativas. Su obra ha sido traducida a más de 50 idiomas y sigue generando estudios, provocando polémica, detonando el impulso creador de muchos artistas. Se suceden las adaptaciones, las ediciones, las versiones… Cada quien tiene su Pedro Páramo personal, su muy particular legado en la memoria emocional y su manera de atraparlo. Hoy, nuevas generaciones se acercan a los personajes de Rulfo, a su prosa inconfundible, al mundo y las atmósferas que creó. ¿Quién habita o es habitado por el mundo rulfiano en el arte y la sociedad contemporánea?