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¿CÓMO DETECTAR SI SUFRO VIOLENCIA DOMÉSTICA?


 

Cuestionario de autodiagnóstico

(Fuente: Línea Azul del Instituto de Psicología de la Salud de Polonia)

 

Alguien cercano a ti,

 

¿Te trata de una forma que te lastima?

¿Te lanza insultos o injurias?

¿Te obliga a hacer cosas que te humillan?

¿Te empuja, te abofetea, te golpea, te tira?

¿No te deja ver o hablar con tus amigos y familiares?

¿Está destruyendo tu propiedad?

¿Te dice lo que es correcto para ti?

¿Ridiculiza o insulta a las personas que te agradan y aprecias?

¿Te critica constantemente (tu opinión, sentimientos, raíces, educación)?

¿Te dice que eres estúpida, que no sirves para nada?

¿Te estranguló, te pateó, te dominó, te torció los brazos?

¿Te amenazó con un cuchillo, un hacha o un arma de fuego?

¿Te amenazó con matarte o herirte gravemente?

¿Te culpa por su comportamiento agresivo, dice que todo es culpa tuya?

¿Te obligó a tener relaciones sexuales?

¿Te obligó a realizar prácticas sexuales que no te gustan?

¿Amenazó con golpear a tus amigos/familiares si intentan ayudarte?

¿Toma tu dinero, te obliga a pedírselo o simplemente no quiere dártelo?

¿Su comportamiento hacia tus hijos despierta tu desacuerdo?

¿Te está amenazando con quitarte todo (hijos, dinero, casa) si no le obedeces?

¿Se disculpa y te mima con regalos después de golpearte?

 

Si tu respuesta fue afirmativa en al menos una pregunta, existe una alta probabilidad de que estés sufriendo violencia doméstica. Considera si te sientes segura en tu hogar. Intenta hablar con alguien de confianza sobre lo que sucede en tu relación y revisa la siguiente sección sobre cómo obtener ayuda en Polonia.

 

Las relaciones en las que las mujeres experimentan violencia física por parte de sus parejas consisten en tres fases en un ciclo repetitivo:

 

1. FASE DE AUMENTO DE TENSIÓN

 

En esta fase, la pareja está tensa y constantemente irritada. Cada detalle lo enoja, a menudo hace un escándalo, empieza a tomar más, a consumir drogas u otras sustancias que alteran la mente. Puede humillar a su pareja, mejorando su estado de ánimo. Provoca discusiones y se vuelve cada vez más peligroso. Da la impresión de que no controla su ira. La otra parte intenta de alguna manera tomar el control de la situación: lo calma, cumple todos sus caprichos y cumple con todas sus obligaciones. Se disculpa a menudo. Constantemente se pregunta qué puede hacer para mejorar su estado de ánimo, hacerlo feliz y evitar que le haga daño. Algunas personas en esta fase experimentan diversos síntomas físicos, como dolor de estómago, dolores de cabeza, insomnio, pérdida de apetito. Otras se vuelven apáticas, pierden la energía o se vuelven inquietas y nerviosas. Esto es el resultado de una tensión en aumento que después de un tiempo se vuelve insoportable.

 

2. FASE DE VIOLENCIA GRAVE/VIOLENTA

 

En esta fase, la pareja se vuelve violenta. Se enfurece y se desahoga. Esta explosión suele ser provocada por algún detalle sin importancia. Los efectos de la violencia utilizada pueden ser diversos: un ojo morado, huesos rotos, lesiones internas, abortos espontáneos, muerte. Una persona que sufre violencia intenta hacer todo lo posible para calmar al maltratador y protegerse. Por lo general, por mucho que lo intente, la ira de su pareja aumenta cada vez más. Se siente impotente porque ni convencer al agresor, ni ser amable, ni evitar contacto, ni rendirse pasivamente a él le ayudan y calman su ira. Una vez finalizado el estallido de violencia, la persona que lo experimentó queda en estado de shock. No puede creer que realmente haya sucedido. Se siente avergonzada y aterrorizada. Está atónita. Se vuelve apática, pierde ganas de vivir y se siente enojada e impotente.

 

3. FASE DE LUNA DE MIEL

 

Cuando el abusador ha desahogado su ira y sabe que ha ido demasiado lejos, de pronto se convierte en una persona diferente. Se arrepiente sinceramente de lo que hizo, muestra remordimiento y promete que esto no volverá a suceder. Intenta encontrar una explicación para lo que hizo y convencer a la otra persona de que fue un incidente único y excepcional que nunca volverá a suceder. Muestra calidez y amor. Vuelve a parecerse a como era al principio de la relación. Trae flores, regalos, actúa como si la violencia nunca hubiera ocurrido. Habla con la persona que lastimó, comparte sus experiencias y le promete que un comportamiento similar nunca volverá a ocurrir. Cuida a la otra persona, pasa tiempo con ella y mantiene contactos sexuales satisfactorios. Ambas personas se comportan como una pareja recién enamorada. Después de experimentar violencia, la persona comienza a creer que su pareja ha cambiado y que la violencia fue sólo un incidente. Se siente amada y cree que es importante para el otro. Sus sueños sobre un maravilloso amor se hacen realidad, siente cercanía y conexión con su pareja. La vida en pareja parece bella y llena de esperanza. Pero la fase de luna de miel termina y la tensión vuelve a aumentar regresando a la primera fase.

 

Fuente: Línea Azul del Instituto de Psicología de la Salud de Polonia. https://www.niebieskalinia.pl/o-zjawisku-przemocy/cykle-przemocy

 

Otras herramientas para la detección de violencia

 

Como herramienta de apoyo para detectar situaciones de violencia doméstica, se puede consultar el violentómetro desarrollado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) (https://www.ipn.mx/genero/materiales/violentometro.html) y usar el chatbot Violetta de la Asociación Prevención y Psicoeducación de la Violencia Violetta A.C. (https://holasoyvioletta.com)