Estimados Señores Katarzyna i Piotr Majchrzak, Directores de la Kinoteka
Excelencias,
Representantes de numerosos ministerios e instituciones de Varsovia
Miembros de la comunidad mexicana y amigos de México que nos acompañan,
Señoras y señores,
Bienvenidos a la Kinoteka- una institución emblemática en Polonia y sin duda, esta noche, el corazón mexicano de Varsovia.
Gracias por acompañarnos a celebrar el Día de Muertos, una de las celebraciones más antiguas y arraigadas en la cultura mexicana por lo que genera un gran interés en todo el mundo.
Esta tradición mexicana fue declarada Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2003.
Recordar un día al año a nuestros seres queridos, que físicamente ya no están con nosotros, es una fiesta de amor y es una celebración de la vida.
Recordar a nuestros muertos es una tradición que nos une con los polacos, aunque con matices distintos.
No sin razón, nuestro máximo poeta, escritor y diplomático, Octavio Paz, premio Nobel de literatura en 1990, escribió que: "el culto a la vida, si de verdad es profundo y total, es también culto a la muerte. Ambas son inseparables. Una civilización que niega a la muerte acaba por negar a la vida"
Esta noche vamos a ser parte del Mictlán, la tierra de los muertos, la tierra de las almas. Vamos a tener una fiesta mística, llena de colores, flores, música, bebidas y platillos que son preparados para esta ocasión, para recordar.
Los historiadores más eminentes en el conocimiento de los mitos del mundo precolombino, como Miguel León Portilla y Enrique Florescano, nos han explicado que el dios Quetzalcóatl, un dios que tiene forma de serpiente, descendió al inframundo, con el propósito de fertilizar huesos humanos que se hallaban en el Mictlán, con lo cual se dio la vida al ser humano y razón por la cual, explican los expertos en mitología mexica, los restos de huesos simbolizan la semilla de la vida.
Así, en México, las familias se reúnen para colocar altares y ofrendas, visitar el cementerio, arreglar las tumbas y asistir a los oficios religiosos.
El elemento más representativo de la festividad del Día de Muertos en México son los altares.
El altar es una ofrenda con una representación de nuestra visión sobre la muerte, llena de alegorías y de significados. Estas reflejan nuestro espíritu nacional, con lo cual el Día de muertos es parte de la identidad mexicana.
Hay que destacar que los mexicanos hacemos altares en los cementerios, pero también en nuestras casas.
El altar que inauguramos hoy en la Kinoteka, catedral del cine en Varsovia, es muy especial.
Está dedicado a cuatro divas de la Época de Oro del cine mexicano- un comprendido entre 1936 y 1956 en el que la industria cinematográfica mexicana alcanzó reconocimiento sin precedentes por la producción y calidad de sus películas y convirtió a sus protagonistas en personajes icónicos a nivel mundial como: Pedro Infante, Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, María Félix, Gloria Marín o Dolores del Río.
Es importante destacar el papel que tuvieron los fotógrafos detrás de las cámaras en tanto lograron, con su mirada, representaciones excepcionales y espectaculares de los paisajes mexicanos. Entre ellos figuran directores de cámara que conquistaron Hollywood por la calidad de su arte, como son Gabriel Figueroa, Agustín Jiménez, Alex Phillips, Armando Herrera, entre otros, en el cine de la Época de Oro, pues cada escena es producto de un trabajo a la vez artesanal y profesional, capaz de conjuntar fotografía, ritmo, dirección, luz, sonido, sombras y texturas, que hacen que el espectador, pueda rememorar escenas, cielos y horizontes que se fijan en su memoria.
Hoy de nuevo los cineastas mexicanos están viviendo una época de oro, como lo vemos en las producciones mundiales, lo cual celebramos.
Nuestro altar está dedicado, a Dolores del Río, reina del cine mudo en Hollywood en los años 20s en donde llegó a ser considerada como una especie de versión femenina de Rodolfo Valentino, una “Latin Lover” femenina.
Dolores del Río consagra en más de 50 años de carrera personajes míticos del cine de México como María Candelaria, Esperanza en Flor Silvestre, Doña Perfecta, o Doña Raymunda en la Malquerida. Esposa de Orson Wells también fue estelar en Bird of Paradise, Evangeline o Ramona. Falleció en California a los 78 años en 1983.
A María Félix, ¨la Doña¨, la mujer más hermosa del mundo. Es la esencia de la diva. Diego Rivera, la definió: «María Félix es un ser monstruosamente perfecto. Es un ser ejemplar que impele al resto de los seres humanos a esforzarse a ser como ella.»
Octavio Paz, sobre María señaló: «María Félix nació dos veces: cuando sus padres la engendraron y luego, cuando ella, se inventó a sí misma. Nació como un relámpago que rasga las sombras»
María bonita, como la describió su esposo Agustín Lara, tuvo una filmografía amplísima y en numerosos países.
Inolvidable recordar a María en películas icónicas como Doña Bárbara, La mujer sin alma, Enamorada, la Diosa arrodillada, Maclovia, la Belle Otero, Mesalina, Camelia, la Mujer de todos o Tizoc. María Félix es patrimonio y se debía a todos los mexicanos, como ella misma afirmaba. Falleció en la Ciudad de México a los 88 años en 2002.
Este año perdimos a Carmen Sevilla, y por ello la recordamos en la ofrenda. Si bien Carmen no es mexicana, tuvo en los inicios de su carrera una incursión estelar en la época de oro del cine mexicano en películas con Pedro Infante y con Jorge Negrete que todos hemos disfrutado como Jalisco, Canta en Sevilla, Gitana tenías que ser o Reportaje, las cuales hablan de la profunda amistad y fraternidad de los pueblos de México y España. Carmen falleció el pasado mes de junio en Madrid a los 93 años.
Nuestra cuarta homenajeada es Miroslava Stern, Miroslava Šternová Beková, y la elegimos por su origen de Europa central y su prolífica carrera cinematográfica.
Miroslava nació en Praga, Checoslovaquia, y llegó a vivir a México a los 15 años de edad escapando del exterminio nazi de la segunda guerra mundial.
Su extraordinaria belleza y capacidad histriónica la llevaron a participar en grandes éxitos de la pantalla en México en donde alternó con las más grandes estrellas de su época como Pedro Infante, Cantinflas, Domingo Soler, Dolores del Río, o Ninón Sevilla.
Más de 30 películas en 10 años de carrera, registra importantes títulos como Bodas trágicas, ¡A volar joven!! con Cantinflas, Escuela de vagabundos con Pedro Infante, Ella y yo, Juan Charrasqueado, Cárcel de Mujeres, Sueños de Gloria o Ensayo de un crimen de Luis Buñuel. Tristemente Miroslava se suicidó a los 29 años en 1955.
La película que veremos esta noche relate precisamente la vida de Miroslava con la bellísima actriz franco-mexicana Arielle Dombasle.
Queridos amigos y amigas,
¡Les invito a ver las películas de aquel tiempo- son joyas de la cinematografía mundial!
Este altar es muy especial sobre todo porque es un trabajo comunitario, preparado por la organización “Mexikitas”- que encabeza Emilia Uranga, increíble diseñadora mexicana que viven en Polonia, con el apoyo de voluntarios de la comunidad mexicana y amigos de México. Gracias a todos los voluntarios. Sin su apoyo sería imposible que la Embajada pudiera traer a Polonia este pedazo de México.
Sean todos ustedes muy bienvenidos y muchas gracias por su presencia en esta actividad y en todas las actividades que hemos tenido este año en el que seguimos celebrando 95 años de amistad entre México y Polonia.