Mensaje del Embajador Ulises Canchola Gutiérrez a la comunidad mexicana en Noruega con motivo de las fiestas decembrinas y el fin de año

 

Estimados miembros de la Comunidad Mexicana en Noruega:

 

En este mi cuarto y último mensaje a ustedes en este año, deseo que todas y todos ustedes se encuentren bien y, sobre todo, sanos.

 

2020 quedará como el año en el que una pandemia azotó al mundo como ninguna otra crisis sanitaria lo había hecho en los últimos 100 años. Al aproximarnos al cierre del año, suman ya más de 60 de millones personas infectadas en todo el mundo y más de millón y medio han perdido la vida. Los impactos del COVID-19 no se han limitado al terreno de la salud y han abarcado los ámbitos de la actividad social, económica y política. No ha habido nadie que de una manera u otra no haya sido afectado, directa o indirectamente, por la pandemia.

 

Sin embargo, en este contexto sombrío no debemos obviar elementos de esperanza. Esta será la primera vez en la historia en la que la vacuna para hacer frente a un virus como el SARS-CoV-2 se desarrolló en menos de un año. La vacuna ha sido formulada sobre una plataforma que podría también abrir la puerta a la cura de otras enfermedades.

 

Los esfuerzos de la comunidad internacional, si bien fragmentados en algunos aspectos, se han centrado para hacer frente multilateralmente a este problema global y a sus consecuencias. La experiencia ha arrojado lecciones las cuales, si son entendidas y bien aprovechadas, podrán ser la base de un sistema internacional de respuesta rápida y resiliente a futuras crisis y pandemias.

 

Estas buenas noticias, nos invitan a no bajar la guardia. Por ello, especialmente durante los festejos de esta temporada debemos seguir observando las indicaciones de las autoridades de salud. El aplicar medidas como el lavado de manos, el distanciamiento, y el uso del cubrebocas nos ayudarán a reducir gradualmente el ritmo de contagio.

 

Indudablemente, el 2020 quedará marcado en nuestra memoria y en la historia como el año que sacudió todo y cambió fundamentalmente el orden de las cosas. ¡Estamos presenciando el nacimiento de un nuevo mundo!

 

Todo nacimiento siempre trae aparejada la expectativa de mejores días, la voluntad de seguir adelante, el deseo de mayores satisfacciones y la esperanza (cuando no la convicción) de que todo habrá de salir bien. Las fiestas decembrinas son propicias para reconocer todas estas bondades sin dejar de lado la reflexión sobre el reto que hemos enfrentado; honrar la memoria de los seres queridos que perdimos, y agradecer el poder escribir una hoja más en nuestros diarios. 

 

En nombre del equipo que integra esta Embajada, y del mío propio, deseo agradecer a cada una y cada uno de ustedes por permitirnos estar cerca de ustedes procurando brindarles el mayor y mejor apoyo posible. Agradezco también el interés, entusiasmo y apoyo con el cual han recibido las iniciativas y el trabajo de esta Embajada.  

 

Mis mejores deseos de salud y felicidad para todas y todos ustedes.

 

¡Feliz Navidad y Año Nuevo!