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RECUPERA MÉXICO PIEZA ARQUEOLÓGICA OLMECA DESAPARECIDA DESDE HACE MÁS DE 40 AÑOS

El pasado 24 de septiembre, el Embajador de México en Francia, Agustín García-López Loaeza, encabezó en el Instituto Cultural de México en París, la ceremonia en la cual México recuperó el petrograbado conocido como “Bajorrelieve Olmeca de Xoc”, descubierto a finales de los años 60 en el municipio de Ocosingo, en el Estado de Chiapas.

En la ceremonia en comento, la Asociación de Amigos de México en Francia (AAMF) –que intervino como intermediario– entregó al representante del Gobierno de México el citado monumento arqueológico, en presencia de un representante del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

El bajorrelieve fue elaborado durante el período preclásico mesoamericano (1200-400 a.C). Es representativo del estilo escultórico olmeca y confirma la presencia de grupos de esta filiación cultural fuera del área nuclear reconocida para dicha civilización (ubicada primordialmente en el sur de Veracruz y parte de Tabasco). Cabe recordar que los olmecas están  considerados como la cultura madre de Mesoamérica.

El bajorrelieve monumental fue extraído del núcleo pétreo en el que fue elaborado, a principios de la década de los 70, de forma clandestina y sustraído del territorio nacional mexicano.

El bajorrelieve de Xoc fue estudiado en su ubicación original, como consta en la publicación The Olmec Rock carving at Xoc, Chiapas, Mexico editada por la New World Archaeological Foundation en 1973, en donde la autora, Susanna Ekholm-Miller documentó su desaparición y señaló que esta publicación probablemente sería “la última prueba de la existencia del monumento Xoc, mismo que fue rudamente arrancado de la roca en que se encontraba…” (p. 24). Tanto el grabado como el núcleo pétreo sufrieron daños severos durante la extracción de la superficie labrada. Además, la extracción alteró de manera permanente la fisonomía del entorno cultural y natural.

El bajorrelieve, que se encuentra en condiciones óptimas, mide 220 cm de alto, 115 cm de ancho y aproximadamente 30 cm de profundidad. Representa a un hombre de pie, visto de perfil, con atavíos simbólicos, que porta una máscara bucal, un tocado alto y pies en forma de garras, elementos todos que son característicos de la iconografía olmeca.

El Gobierno de México, como custodio del patrimonio cultural producto de las sociedades precolombinas establecidas en su actual territorio, se complace en recuperar tan importante vestigio arqueológico para su reintegración al acervo cultural de nuestro país, lo que permitirá su investigación y restauración con la metodología adecuada.

La demanda de artefactos arqueológicos perpetúa el saqueo y tráfico. Por lo tanto, el Gobierno de México exhorta cordial y respetuosamente al público en general a abstenerse de participar en el comercio de artefactos arqueológicos y a propiciar su restitución al Estado Mexicano.

Dicha restitución concluyó exitosamente gracias a la intervención de la Asociación de Amigos de México en Francia (AAMF), así como a las gestiones oportunas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la Embajada de México en Francia y del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).