In memoriam...

Una lluvia de mariposas amarillas cubrió la tierra, y sí, yo vi como resucitaba, y un pescadito de oro apareció en el pecho de todos los que nos embriagamos con sus letras. Para siempre.

Renació en los ríos de Colombia, que, desde hoy, rebozan de peces dorados....

Renació en todas las bebés de peluza solar, que, sin comprender sus madres bien a bien porque, fueron bautizadas hoy, en todos los bautisterios, y en todos los cultos, como Remedios...

Resucitó en todos los bares, cantinas, tugurios de México, que se llenaron de luz, y sus habituales  olvidaron la pendencia y la desolación por un minuto, para escuchar, azorados, las nuevas historias de Gabriel Melquiades, descubridor de mundos...

Renació en el amanecer de todos los enamorados, de todos los amantes, que desde la Patagonia hasta el Río Bravo, en el grito de placer más gozoso, le cantaron al gran creador de la desolación amorosa, de la pasión obsesiva, del ayuntamiento sin permiso, por la pura sinrazón del amor...

Revivió en todos los miles de jóvenes que se conmueven por primera vez, y en un suspiro, al oír las notas de una pieza musical de un viejo piano, baten su corazón, acelerado, en el descubrimiento de la intensidad sentimental....

Renació en el coraje, en el idealismo frustrado, de todos aquellos que inician e iniciaran cien, mil batallas, contra los abusos sempiternos de los poderosos, y, en medio del cansancio de la lucha, descubrirán su pasmosa soledad...sólo para volver a empezar.

Murió Gabriel y no murió. Resucitó al primer día. Le cantamos en todas las oraciones del mundo, en todos los salmos del mundo, en todos los boleros  de las noches largas del mundo....cada niño que hoy abre un libro en cada escuela de la América Latina que redescubrió, que narró, que develó, le canta  sin saberlo. Pero no importa. Lo saben las estrellas, y ellas reproducen su eco.

Lo sabrán ellos, en la primera agitación de su espacio vital, cuando inicien el ciclo, de su propia soledad.

Beatriz Paredes

 

Gabriel García Márquez - Biografía