Introducción

México y Uruguay establecieron relaciones diplomáticas en 1831. Posteriormente en 1856 las relaciones bilaterales se enfocaron simplemente al envío de cartas. Fue hasta 1901 que iniciaron formalmente las relaciones cuando ambos gobiernos mandaron a sus respectivos representantes.

Al principio las relaciones bilaterales eran puramente de carácter de amistad, pero poco a poco ambos gobiernos fueron entablando conexiones económicas. Los Estados Unidos Mexicanos y la República Oriental del Uruguay fortalecieron los vínculos comerciales al firmar el Tratado de Libre Comercio el 15 de julio de 2004, lo cual ha permitido que la relación haya alcanzado un nivel de excelencia, con un alto nivel de dialogo político.

Las relaciones entre ambas se vieron tensas durante la dictadura por el contexto militar y asilo diplomático consolidado por la ardua y dedicada labor del Embajador Vicente Muñiz Arroyo y la embajada de México en Uruguay. La relación bilateral se ha visto fortalecida a partir de 1985, con la reanudación de la democracia en Uruguay.
Es importante destacar que la relación bilateral se ha institucionalizado a través de varios mecanismos como la Comisión Binacional Permanente, establecida el 9 de octubre de 1990, y una serie de tratados, convenios y acuerdos en diversos sectores de interés para ambos países. Para México, Uruguay constituye un valioso interlocutor con el MERCOSUR, con múltiples coincidencias en materia de política internacional.

En el plano regional y multilateral, México y Uruguay comparten posiciones afines en múltiples temas: La promoción de la democracia y los derechos humanos; el  combate al crimen organizado y al narcotráfico; la defensa del medio ambiente y la promoción del desarme internacional.

Capítulo I. Origen y Desarrollo de las Relaciones México-Uruguay

México y Uruguay establecieron relaciones diplomáticas el 10 de julio de 1831. El Ministro de Relaciones Interiores y Exteriores, Lucas Alamán designa a Juan de Dios Cañedo como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en las Repúblicas Sudamericanas. Cabe señalar que nuestras relaciones diplomáticas con Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, datan desde que las naciones dominadas por España, lograron su respectiva independencia. Ese mismo año se estableció en Washington el primer contacto entre los Ministros Plenipotenciarios de México y Uruguay. Como resultado del acercamiento obtendría el ministro mexicano, José Maria Tornel, en el momento de la culminación de su misión en los Estados Unidos, la nota en donde el Secretario de Relaciones Exteriores de Uruguay manifiesta su buena disposición para entablar relaciones amistosas con México. En 1839 la legación se cierra por problemas políticos internos de México.

En 1856 las relaciones bilaterales solo se llevaban a cabo mediante el intercambio de cartas entre las cancillerías que anunciaban los nombramientos de presidentes. Ese mismo año el gobierno mexicano nombró al señor Emilio Mangel du Mesnil, vicecónsul en Montevideo.

A lo largo de 1863 el Ministro Plenipotenciario del Uruguay en Brasil repudia al enviado de Maximiliano, Pedro Escandón, a pesar de las peticiones de Pedro II de Brasil para que se le considerara como legitimo representante de México. Dos años después el gobierno uruguayo envía una medalla de reconocimiento al Presidente Benito Juárez  por su resistencia antes las fuerzas invasoras.

El primer gobierno de Porfirio Díaz decidió renovar las relaciones con las Repúblicas de América del Sur y decretó la conformación de una legación que se acreditaría ante Colombia, Venezuela, Ecuador, Chile, Bolivia  Perú, el 11 de diciembre de 1877. En dicho decreto se privilegiaba a la Costa del Pacífico como punto de apoyo para la intensificación de relaciones con el sub continente. La Legación sería encabezada por Leonardo López Portillo quien sería acompañado  en su misión por un secretario, Santiago Sierra y un oficial, Anselmo de la Portilla. Los motivos del envío de la legación expuestos por el Secretario de Relaciones Exteriores, Don Ignacio Luis Vallarta eran “establecer sobre bases sólidas las relaciones de amistad, de fraternidad entre las Repúblicas y los pueblos hispanoamericanos”. En 1882, Uruguay estableció una representación consular en México.

El secretario de la legación, Santiago Sierra, envió un informe al Canciller Ignacio L. Vallarta como parte de sus apreciaciones sobre el significado para México de las Repúblicas del Sur y en particular de Uruguay. El documento clasifica la importancia de los países del sur de acuerdo a los intereses de México, estableciendo que Colombia, Perú, Chile y Argentina serían los de mayor interés, seguidos de Brasil y Venezuela y en último lugar se encontrarían Ecuador, Bolivia y Uruguay. Finalmente asume el enorme desconocimiento que se tiene de México en las Repúblicas del Sur, lo cual dificulta aún más un acercamiento consistente, y propone la distribución de artículos y libros mexicanos, considerando para el caso de Montevideo la utilización del periódico “La Idea”. Las recomendaciones de Sierra fueron atendidas hasta 20 años después.

El 16 de septiembre de 1902, Porfirio Díaz anunció ante el Congreso de la Unión la disposición reestablecer dos legaciones acreditadas en las repúblicas de Sudamérica: una para los países del Pacífico y otra para países del Atlántico.  Esto como uno de los resultados de la Segunda Conferencia Internacional Americana celebrada entre el 22 de octubre de 1901 y el 31 de enero de 1902. Sería ésta la segunda ocasión en que México coincide con Uruguay en una conferencia internacional, pues ya lo habían hecho en la Primera Conferencia Internacional Americana (2 de octubre de 1889 a 19 de abril de 1890).

La participación de México en las conferencias internacionales Americana como al ampliación de sus relaciones diplomáticas con numerosos países, se inscriben dentro de los lineamientos de la política exterior del Porfiriato consistentes en: atraer inversión extranjera; diversificación de las relaciones con el exterior; incidir en la opinión pública de los Estados Unidos y atraer inmigrantes industriosos. La política exterior de Uruguay coincidía al iniciarse el siglo XX  en dichos preceptos. Aunque quizá se enfatizaba más en la búsqueda de inmigrantes y un menor interés en impulsar su presencia en Los Estados Unidos de América por verse más íntimamente ligado a Inglaterra.

El inicio formal de las relaciones diplomáticas ocurre en 1901, una vez que el gobierno uruguayo nombra a su primer representante ante el gobierno mexicano, Juan Cuestas, en calidad de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. El 13 de mayo de 1902, México reanuda las relaciones diplomáticas y nombra Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Uruguay, a Francisco León de la Barra.

El 15 de septiembre de 1908,  Manuel J. de Lizardi  es acreditado como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante el gobierno de la República Oriental del Uruguay. Lizardi presenta sus cartas credenciales al Presidente de Uruguay, Claudio Williman y señala que “México tiene la satisfacción de cultivar con las naciones de América las más cordiales relaciones de inalterable amistad y le consta el honroso puesto que entre ellas ocupa esta nación hermana, por su notables adelantos y actividad económica…nuestros gobiernos no tardará en crear relaciones comercial entre las dos republicas, por el medio más adecuado para ponerse en contacto amistoso y mutuamente benéfico: el intercambio de sus productos” también señala que “…por encargo especial de mi presidente, quien deseaba estrechar, cuanto fuere los vínculos que la comunidad de origen e instituciones, establecen nuestros dos países”.

El 2 de diciembre de 1910, Manuel Barreiro y Vallejo es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Misión Especial. Respecto a México, la Cancillería uruguaya percibía con el tiempo su mayor importancia, por lo que decidió a mediados de 1912, en pleno periodo maderista, el traslado de su legación concurrente para Cuba y México, de la Habana a la Ciudad de México.

Uruguay apoyó abiertamente la política del presidente Woodrow Wilson desde finales de 1913. Los Estados Unidos invitaron de nueva cuenta entre julio y agosto de 1915 al grupo de países denominado ABC (Argentina, Brasil y Chile), sólo que ahora se extendería la invitación a Bolivia, Guatemala y Uruguay. El propósito de Los Estados Unidos de América era reunir a los jefes revolucionarios mexicanos en pugna para imponerles un acuerdo formal que condujera a la conformación de un gobierno provisional, que sería reconocido por los siete países mediadores.

El 19 de julio  de 1915, Isidro Fabela Alfaro es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario ante los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay.
El presidente Venustiano Carranza ordenó el 6 de agosto de 1915 su agente confidencial en Washington, Eliseo Arredondo, formular una protesta enérgica por la injerencia de esos siete países en los asuntos internos de México.

Amado Nervo Ordaz es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de México ante Uruguay por el presidente Venustiano Carranza el 13 de agosto de 1918. Su nombramiento se debe de acuerdo a las cartas credenciales destinadas al Presidente de la República Oriental del Uruguay, Sr. Doctor don Feliciano Viera,  “con propósito de que las relaciones de amistad  entre las dos naciones sean más estrechas y cordiales”. En febrero de 1919 llega a Montevideo, Uruguay, Amado Nervo para la transmisión del  mando presidencial en ese país. El 24 de mayo de 1919 fallece en la ciudad de Montevideo, Uruguay, Amado Nervo, ministro de México ante ese país y Argentina. Es objeto de múltiples homenajes por parte de la sociedad uruguaya y latinoamericana.

El 16 de junio de 1920, Jesús Urueta es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario para Argentina y Uruguay. Urueta llegó a Montevideo pero después de dar instrucciones a Enrique A. Enríquez, Encargado de Negocios Ad Ínterin, decidió continuar su viaje a Argentina. El 8 de diciembre de 1920 tuvo que regresar a México por enfermedad.

El 15 de febrero de 1921, Alfonso M. Siller es designado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Uruguay y Paraguay. El ministro uruguayo en México, Florencio Aragón Etchart presentó cartas credenciales el 17 de octubre de 1921. El 11 de mayo de 1922, Bernardo J. Gastèlum es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario para Uruguay y Paraguay.

El 22 de abril de 1923 Fortunato Vega Ross es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, entrega credenciales el 9 de agosto de 1923 y alquila la primera sede de la legación en Montevideo que se ubicaba en la calle Ituzaingò 1379 donde permanece hasta 1926. Entre ese año y 1930 encabezan la legación en calidad de Encargados de Negocios: Alfonso M. Acosta, Bernardo J. Gastelúm y Salvador Martínez de Alba. En 1928, la legación es trasladada a la calle de Constituyente 1711.

El 16 de marzo de 1930, Juan Francisco Urquidi es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. Posteriormente deja la legación en manos de Don Rafael Fuentes, en calidad de Encargado de Negocios AI.

El 1 de enero de 1932 Basilio Vadillo es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. Durante su estancia en Montevideo se dedicó a recoger e interpretar lo que su juicio representaba la realidad uruguaya para concluir que “…tras las declaraciones donde se enfatizaban las similitudes de raza, idioma y costumbres entre México y Uruguay, se ocultaban diferencias reales que dificultaban una verdadera mancomunidad de países hispano parlantes en América”.

El 1 de septiembre de 1935, Primo Villa Michel es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario. El 1 de septiembre de 1936 Luis Padilla Nervo es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario quien entregó cartas credenciales el 11 de enero de 1937. Para entonces la legación había sido mudada en dos ocasiones más, primero a la calle Francisco A. Vidal 1081, en el barrio de Pocitos, después a Camino Castro 507. Además se reforzó la representación con un consejero, Manuel de Negri que se sumaba al secretario designado con anterioridad como parte del equipo de trabajo. El 19 de marzo de 1938 Manuel Y. de Negri es nombrado Encargado de Negocios Ad Interim y el 31 de marzo de 1939 es nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario.

Francisco del Río y Cañedo es nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario,  el 1º de enero de 1941. México y Uruguay acordaron elevar sus misiones diplomáticas al rango de embajadas el 18 de septiembre de 1941. México designó a Carlos Darío Ojeda Maldonado primer embajador extraordinario y plenipotenciario ante el gobierno de Uruguay el 1º de octubre de 1941. En noviembre, el Presidente uruguayo, General Alfredo Baldomir disolvió el Parlamento, mediante un auto golpe de Estado, el cual fue conocido como “el golpe bueno” por la ausencia de violencia y la rápida adaptación al hecho consumado de los diversos sectores políticos y sociales. En este caso, el gobierno de México aplicó la “Doctrina Estrada” al abstenerse de reconocer o dejar de reconocer al gobierno de facto y decidió dejar a su embajador en el cargo.

En 1943, se nombra como segundo embajador mexicano a Mariano Armendáriz del Castillo. La embajada cuenta por primera vez con un ministro consejero, un consejero y un secretario. El gobierno uruguayo designó al señor Mateo Márquez Castro, como su primer embajador en México el 30 de agosto de de ese mismo año.

En octubre de 1949 se acredita ante el gobierno uruguayo al embajador mexicano Pedro Cerisola y la cancillería de la embajada se traslada a la calle Ellauri 803. México concurrió a Montevideo al Primer Centenario del Libertador José Gervasio Artigas en 1950.  En 1951 México concurrió a la Exposición de la Vivienda Mínima y Media del Hombre de América. En 1954 se inaugura en Montevideo la escuela primaria México.

En 1955 se suscribe el Acuerdo administrativo para el intercambio de correspondencia oficial en valijas diplomáticas especiales y por la vía aérea. Para 1956 se designa como sustituto a José C. Valadés, quien entrega credenciales el 6 de abril, y muda la sede de la cancillería a Boulevard España 2697.  Ese mismo año, México asistió al Festival Cinematográfico del Cine Documental. A su vez, México hizo entrega de una estatua de José María Morelos y Pavón al gobierno uruguayo. En 1957 la embajada queda por un largo período a cargo del Segundo Secretario, Renato Yrigoywen Alonso, en calidad de encargado de negocios a.i. y la cancillería es trasladada a la Avenida Brasil 3051. El 27 de febrero de 1959 presentó credenciales Manuel de Negri Iberri y la plantilla del personal se reduce a un segundo secretario y aun encargado de la sección consular, Alfredo Gaytán, quien permanecería en la misión por dieciséis años.

México se opuso de viva voz a la exclusión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), celebrada en Punta del Este en 1962, adopta una posición cauta pero consecuente ante la crisis de los misiles de ese mismo año y dos años después se niega a romper relaciones con ese país, como intentó imponerse en la IX Reunión de Consulta de la OEA de 1964. Por su parte Uruguay rompe relaciones con Cuba. En agosto de 1963 es traslada la cancillería de la embajada a la calle Juan Benito Blanco 1261, y se establece la residencia del embajador en la calle de José A. Iturriaga 3597.

Alfonso Cortina Gutiérrez es nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario el 1 de septiembre de 1965. Su misión incluía ser representante ante el Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC). Para mayo de 1966 se nombra como embajador de México a Alfonso Cortina Gutiérrez y se agrega a la representación un agregado militar y un agregado cultural.

El Presidente Gustavo Díaz Ordaz asiste a la Conferencia de Jefes de Estado Americanos que se celebra en Punta del Este entre el 12 y 14 de abril de 1967, donde se entrevista con el Presidente Lyndon B. Jonson, pero también aprovecha la ocasión para intercambiar opiniones con los dictadores de Argentina, Brasil y Paraguay, sin dejar de lado otros jefes de estado de marcada filiación pronorteamericana de derecha. El Presidente Díaz Ordaz reafirmaría las posiciones tradicionales de México en materias de autodeterminación y no intervención, lo cual le permitía la coexistencia con el régimen cubano, pero también con los regimenes latinoamericanos de derecha recién constituidos. El viaje del mandatario impulsó un acercamiento con el pueblo uruguayo, siendo el primer mandatario mexicano que llega a Montevideo. El 15 de junio  se celebra el Acuerdo para la supresión de visas entre los Estados Unidos Mexicanos y la República Oriental del Uruguay y entra en vigor el 1o. de agosto de 1967. El 6 de diciembre 1967 el presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz, dirigió un mensaje de condolencias al presidente del Uruguay, Oscar Pacheco, por el fallecimiento del ex presidente uruguayo, general  Oscar Gestido.

El 3 de junio de 1968 entra en vigor el Acuerdo entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República Oriental del Uruguay que establece la Comisión Especial de Coordinación Mexicana- Uruguaya. El 16 de junio 1969 el embajador de Uruguay, Manuel Sánchez Morales, obsequió al Departamento del Distrito Federal un busto del poeta uruguayo Juan Zorrilla de San Martín.

La bipolaridad de la “Guerra Fría” obligó a México a concentrarse en sus propios asuntos internos y a la neutralización de las fricciones con los Estados Unidos de América. Los Sexenios de los presidentes Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruíz Cortines no se distinguieron por sus esfuerzos de apertura hacia el exterior. Es hasta el sexenio del presidente Adolfo López Mateos que se da una apertura al exterior y una renovación de las relaciones con los países de América Latina.

En 1970, el Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Jorge Peirano Facio realizó una visita oficial a México.

Capítulo II. Dictadura Militar en Uruguay (1971-1985) y la embajada mexicana.

Durante la dictadura se puede apreciar un mayor acercamiento entre los pueblos y gobiernos de ambas naciones. En 1971 asume la jefatura de misión Julio Zamora Batíz hasta el 28 de mayo de 1974.

Entre diciembre de 1975 y septiembre de 1978, el embajador de México en Uruguay, Vicente Muñiz Arroyo (entregó credenciales en junio de 1974 y permaneció a cargo de la embajada hasta el 11 de mayo de 1977) concedió asilo diplomático[1] a centenares de uruguayos perseguidos por razones políticas. Para la mayoría se obtuvieron salvoconductos que permitieron trasladarse a México sanos y salvos. Una vez que las autoridades empezaron a negar el otorgamiento de los salvoconductos se negocio con España y algunos países del bloque socialista la recepción de los asilados, esto se dio hasta mediados de 1977. La embajada de México se distinguió por ser la única representación que permitió el asilo diplomático.

El Embajador Muñiz ha sido reconocido por su gran labor en la protección de uruguayos asilando tanto en la chancillería como en su residencia. Los asilados en la cancillería fueron trasladados a la residencia. La vida es conocida como “arca de Noe”, se alimentaba a todas las personas, se les proveía de servicio médico con la protección de México. Se consiguieron colchones, y además se organizó una pequeña escuela intramuros.

Las relaciones del Embajador Muñiz y el régimen militar fueron tensas y se requirió de todo el apoyo del Presidente Luis Echeverría Álvarez y de sus Secretarios de Relaciones Exteriores y Gobernación para poder sostener la enemistad creciente entre ambos gobiernos.

En la conmemoración de nuestra independencia (en 1974 o 1975) el embajador decidió celebrarla en el Parque Hotel (hoy sede del MERCOSUR), donde murió Amado Nervo, entre sus invitados se encontraba el Presidente Bordaberry y su equipo de civiles y militares. También se encontraba el General Líber Seregni, enemigo irreconciliable de los militares y de Bordaberry, y máximo dirigente del Frente Amplio que había sido liberado temporalmente (poco después se le encarcela de nueva cuenta hasta 1984, año de su liberación). Bordaberry ordenó que no quedara un solo uruguayo en la fiesta. Ante esto el Embajador Muñiz guardó la calma, envió por un tocadiscos y la fiesta siguió su curso con los que quedaron, aunque sin meseros. Los militares, al parecer pidieron el cambio de Muñiz, pero el Presidente Echeverría lo sostuvo hasta el final.

El 25 de marzo de 1976, día del golpe de estado en Argentina, el dictador Alfredo Ströessner se encontraba de visita oficial en Montevideo y el Embajador Muñiz antes de asistir a la recepción que se le ofrecía al paraguayo, se dirigió al Aeropuerto de Carrasco para depositar en el avión a un grupo de asilados en condiciones excepcionales, el aeropuerto estaba cerrado  a causa de la visita y el embajador logro esquivar la vigilancia militar hasta introducirlos en el avión. El Embajador Vicente Muñiz murió en Montevideo el 23 de agosto  de 1992.  Cabe recordar que Muñiz también fue representante alterno de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) de 1965 a 1974.

Capítulo III. Las Relaciones Bilaterales después de la Restauración de la Democracia en Uruguay (1985).

El 27 de junio de 1985 se firmó el Convenio de intercambio cultural entre los Estados Unidos Mexicanos y la República Oriental del Uruguay. Los días 9 al 12 de octubre de 1985 se celebró la Reunión Cumbre del Parlamento Latinoamericano en la ciudad de Montevideo, Uruguay a la que asistió el senador Patrocinio González. En esa ocasión se aprobó la Declaración de Montevideo en la que se señala que la deuda externa de la región es impagable. El 16 de diciembre de 1985 el Secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúlveda Amor, asistió a la IV Reunión Ministerial del Consenso de Cartagena en Montevideo, Uruguay, donde se entrevistó con el presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, con quien abordó  asuntos de carácter bilateral y multilateral.

El 27 y 28 de febrero de 1986, el canciller mexicano Bernardo Sepúlveda viajó a Punta del Este, Uruguay, para participar en una reunión del Grupo de Contadora. Al término de esa reunión se entrevistó con varios funcionarios de la cancillería uruguaya. El 7 de mayo 1986 se suscribe el Acuerdo de Complementación Económica México- Uruguay. Del 5 al 7 de mayo de 1986, el presidente de la República Oriental del Uruguay, Julio María Sanguinetti, realizó una visita de Estado a México, a invitación del presidente Miguel de la Madrid.

El 23 y 24 de octubre de 1987 el Secretario de Relaciones Exteriores, Bernardo Sepúlveda Amor, viajó a Punta del Este, Uruguay, para participar en la reunión  del Grupo de los Ocho y preparar la reunión de Jefes de Estado.

En 1988, se suscribe el Convenio de Cooperación en Materia de Seguridad Social entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República Oriental del Uruguay. El 25 y 26 de junio de 1988 Argentina, Brasil, Colombia, Perú, Uruguay y Venezuela, participaron en la IV Reunión Ordinaria del Mecanismo Permanente de Consulta y Concertación Política, en la ciudad de  Oaxaca. En julio de 1988 una comisión del ministerio de Educación y Cultura realizó una visita a México. El 3 de agosto, Salvador Arriola y Barrenechea es nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario. Su nombramiento incluyó la representación ante la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), con sede en Montevideo. En septiembre, personal de la cancillería uruguaya visitó México. El 23 de octubre, el presidente Miguel de la Madrid, viajó a Punta del Este, Uruguay, a la reunión de Jefes de Estado del Grupo de los Ocho.

El 9 de octubre de 1990 se firma Acuerdo de creación de la Comisión Binacional Permanente entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República Oriental del Uruguay. Ese mismo mes, el presidente Carlos Salinas de Gortari asistió a la reunión de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), realizada en Montevideo, Uruguay.

El 26 de marzo de 1991, Uruguay (junto con Argentina, Brasil y  Paraguay) firmó el Tratado de Asunción, que adopta el nombre MERCOSUR, le da una estructura institucional básica y establece un área de libre comercio entre los tales países.

En 1993, Convenio de Cooperación Turística entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República Oriental del Uruguay. En 1994, Acuerdos de Cooperación Técnica en Materia del menor entre el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), el Departamento del Distrito Federal (DDF) y el Instituto Nacional del Menor del Uruguay. En 1995 Acuerdo México Uruguay sobre supresión de visas en pasaportes diplomáticos y oficiales. También en ese mismo año, se suscribe un Memorando de entendimiento entre el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y el gobierno de la República Oriental del Uruguay.

El Presidente de la República Oriental del Uruguay, Julio María Sanguinetti realizó una visita de Estado a México, del 29 de octubre al 1 de noviembre de 1996. Durante su viaje sostuvo reuniones de trabajo con el Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León en un ambiente de cordialidad y entendimiento mutuo. Fue declarado huésped distinguido de la Ciudad de México, por el jefe de departamento del Distrito Federal, Oscar Espinosa Villareal. El Presidente Sanguinetti realizó una Guardia de Honor en el Altar a la Patria. El 30 de octubre 1996 el presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, realizó una visita oficial a la Cancillería mexicana en Tlatelolco, en la Ciudad de México. El presidente Zedillo realizó una visita los días 30 de junio y 1 de julio de 1999 a Uruguay.

El Presidente Vicente Fox Quesada visitó Uruguay los días 9 y 10 de agosto de 2000. El mandatario se entrevistó con el Presidente Jorge Batlle Ibáñez, con quien intercambió puntos de vista sobre los beneficios de los tratados y alianzas  comerciales; sostuvo conversaciones privadas con los principales lideres de la oposición: Tabaré Vázquez, Presidente del EP-FA; Mariano Arana, Intendente de Montevideo y el General Retirado Liber Seregni, destacado dirigente político y líder moral de la izquierda El Presidente Batlle asistió a la toma de posesión del Presidente Fox, el 1 de diciembre de 2000, siendo el primer mandatario uruguayo que asiste a una ceremonia de dicha índole en México.

Jesús Puente Leyva es nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario el 13 de septiembre de 2001. El Presidente Fox realizó una breve visita de trabajo a Uruguay el 5 de julio de 2002, en la que almorzó con el Presidente Jorge Batlle, ocasión en la que se convino iniciar negociaciones para suscribir un tratado de libre comercio entre ambos países, lo cual se concretó el 15 de noviembre de 2003 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en el marco de la XII Cumbre Iberoamericana.

Uruguay respaldó la Declaración de la Conferencia Especial sobre Seguridad, organizada por la OEA y el Gobierno de México, la cual tuvo lugar en la Ciudad de México, los días 12 y 13 de enero de 2003. Uruguay también suscribió la Convención de la Organización de Naciones Unidas contra la Corrupción en Mérida, Yucatán, el 11 de diciembre de ese mismo año.

El Presidente Jorge Batlle participó en la Cumbre Extraordinaria de las Américas, que se llevó a cabo los días 12 y 13 de enero de 2004 en Monterrey, en cuyo marco sostuvo un encuentro bilateral con el Presidente de México. El 28 de febrero de 2004, Perla María Carvalho Soto es nombrada Embajadora Extraordinaria y Plenipotenciaria y termina su misión en julio de 2007. El Secretario de Relaciones Exteriores de México, Dr. Luis Ernesto Derbez Bautista realizó una visita oficial al Uruguay los días 14 y 15 de abril de 2004, en la que se entrevistó con el Presidente Jorge Batlle  y el Canciller Didier Oppertti. Se reunió con el Presidente del Comité de Representantes del MERCOSUR, Dr. Eduardo Duhalde y participó como orador principal en una sesión extraordinaria del Comité de Representantes de la ALADI. El primer mandatario de Uruguay participó en la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe- Unión Europea, que se llevó a cabo el 28 y 29 de mayo de 2004 en Guadalajara, México.

La delegación Oficial de México que asistió a las ceremonias de mando presidencial en Uruguay el 1 de marzo de 2005 fue encabezada por el Secretario de la Reforma Agraria, Lic. Florencio Salazar Adame. El Presidente Vázquez envió un calido y afectuoso saludo al Presidente Vicente Fox, en el que subrayó su “interés por profundizar todos los aspectos de la relación bilateral”. El Presidente de la Asamblea Nacional, José Mujica manifestó el interés de Uruguay por ampliar los vínculos de Uruguay con México, incluyendo el comercial con la reapertura del mercado mexicano a las exportaciones de carne uruguaya. El Secretario Salazar Adame sostuvo una reunión de trabajo con el nuevo Ministro de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente de Uruguay, Arq. Mariano Arana. La Cámara de Diputados envió a la transmisión del mando presidencial una delegación plural de 11 legisladores, los cuales se entrevistaron con el Vicepresidente de la Republico y Presidente del Senado, Rodolfo Nin Novoa, y con la Presidenta de la Cámara de diputados, Nora Castro, a quienes manifestaron su interés por proseguir los trabajos del Grupo de Amistad Parlamentaria México-Uruguay. Los legisladores mexicanos también realizaron una vista protocolar a Ministro de la Corte Electoral Wilfredo Penco.

En el plano regional y multilateral, México y Uruguay comparten posiciones afines en temas, destacadamente en la promoción de la democracia y los derechos humanos, el combate al crimen organizado y al narcotráfico, la defensa del medio ambiente y la promoción del desarme internacional. A raíz de los ataques terroristas en Estados Unidos, Uruguay coincidió con la posición de México, en el sentido de promover la cooperación hemisférica contra el terrorismo desde una perspectiva política y diplomática, a través de una reunión de consulta de Cancilleres de la OEA antes que  con una visión de confrontación militar. Uruguay respaldó la Declaración que emano de la Conferencia Especial sobre Seguridad que, bajo los auspicios de la OEA y del Gobierno de México, tuvo verificativo el 27 y 28 de octubre de 2003, y participó, con su Jefe de Estado, en la Cumbre Extraordinaria de las Ameritas, que se llevo a cabo el 12 y 13 de enero de 2004 en Monterrey. El Presidente Jorge Batlle participó en la III Cumbre América Latina y El Caribe-Unión Europea, que tuvo verificativo el 28 y 29 de mayo de 2004 en Guadalajara, Jalisco.

En cuanto a la importancia de México para Uruguay, quedó demostrado por las palabras del Canciller Reinaldo Gargano dadas durante su primer acto donde señaló que “sin perjuicio de priorizar la expansión del espacio económico mercosuriano, Uruguay tiene una relación preferente con México…”.

En Julio de 2005, José Ignacio Korseniak asume el cargo de Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Oriental del Uruguay en los Estados Unidos Mexicanos.

Los días 26 al 28 de abril de 2006 el Presidente Tabaré Vázquez Rosas realizó una visita de Estado a México. Se revistó con el Presidente Vicente Fox Quezada  con quien firmo una declaración conjunta. Ambos efectuaron una revisión de los principales temas de la agenda bilateral y reiteraron su disposición de profundizar el dialogo político, los vínculos económico-comerciales y la cooperación. Al abordar la agenda internacional, intercambiaron puntos de vista sobre asuntos de mutuo interés. En dicha declaración ambos manifestaron su beneplácito por el excelente estado de las relaciones bilaterales. Coincidieron con la necesidad de de seguir estrechando los vínculos entre los dos gobiernos y pueblos, impulsar la cooperación, ampliar los intercambios comerciales y los flujos de inversión mutuos. Reafirmaron el estricto apego de sus gobiernos a los valores universales de la democracia y las garantías individuales y de respeto al derecho internacional. Reiteraron la importancia de la promoción y protección de los derechos humanos en ambos países.

Los días 3 al 5 de noviembre de 2006 se realizó en la Ciudad de Montevideo, Uruguay, la XVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, dedicada al tema “Migración y Desarrollo”. El día 3, el Presidente Fox dio unas palabras durante el evento de inicio de restauración de la nueva sede de la Embajada de México y el Centro Cultural.

Capítulo IV. Integración

a) El Tratado de Libre Comercio Uruguay-México

Durante la Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Financiamiento y Desarrollo realizada en la Ciudad de Monterrey, México los días 18 al 22 de marzo de 2002, los Presidentes de México y Uruguay asumieron el compromiso de avanzar en la profundización y ampliación del Acuerdo de Complementación Económica No. 5 (ACE-5).

En la visita oficial que el Presidente de México realizó a Montevideo el 5 de julio de 2002, asumió, junto con el Presidente Jorge Batlle, el compromiso de iniciar negociaciones para la pronta suscripción de un Tratado de Libre Comercio entre ambos países. Después de 14 meses de intensas negociaciones, el 10 de septiembre de 2003, en ocasión de la V Conferencia Ministerial de la OMC, se adoptó en Cancún una Declaración dando por terminadas las negociaciones entre México y Uruguay para la suscripción de un Tratado de Libre Comercio. Dicho tratado se firmó el 15 de noviembre de 2003 en el marco de la XIII Cumbre Iberoamericana, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

El TLC entró en vigor el 15 de julio de 2004 y permite el mutuo acceso, sobre bases claras, de transparencia y certidumbre, al 98% del universo arancelario de ambos países, liberalizando de manera total e inmediata prácticamente la totalidad de los productos del sector industrial. Entre otros aspectos de interés para Uruguay, cabe destacar que el TLC disminuirá, para la carne de bovinos, 1 % anual durante tres años, lo que significa que del 10% actual, dicho arancel quedará en 7%. Para los quesos, el cupo actual que México otorga a Uruguay, de 4,400 toneladas anuales, se incrementará 50%; es decir 2,200 toneladas adicionales para un total de 6,600 toneladas cada año.

El TLC con Uruguay es el primero que negocia y concluye la administración del Presidente Vicente Fox Quesada, y el que México ha negociado y firmado en menor tiempo. Es también el primer tratado de tercera generación, con disciplinas modernas para los intercambio de bienes y servicios, así como para estimular y desarrollar las inversiones con seguridad y transparencia para los agentes económicos, que firma Uruguay con cualquier país de América Latina y del mundo. De igual forma, es el primer tratado de esa naturaleza que firma México con un país integrante del MERCOSUR, por lo que representa el primer paso para la creación del área de libre comercio entre México y el MERCOSUR, objetivo del Acuerdo de Complementación Económica N° 54 (ACE 54).

Con el TLC suscrito con México, Uruguay tendrá acceso a un mercado de 104 millones de habitantes que compra al mundo, en promedio, más de 14 mil millones de dólares (mdd) cada mes, lo que equivale a 171 mil mdd anuales de importaciones, de los cuales 7,591 mdd provienen de América Latina. En este entorno, cabe destacar que México hizo inversiones directas en la región latinoamericana por 21,517 mdd en la última década, equivalente -en promedio- a 2,151 mdd cada año o 179 mdd mensuales.

b) MERCOSUR

Uruguay desarrolló una entusiasta labor para la creación del MERCOSUR, con el que buscó reforzar el proceso integracionista en la región y aprovechar un mercado potencial de 200 millones.

El 20 de junio de 2005, el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez se reunió con el Presidente de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez en Asunción, Paraguay, en el marco de la Cumbre del MERCOSUR, durante la cual se reiteró el deseo de México de ser miembro asociado de dicho organismo.

c) ALALC- ALADI

La Asociación Latinoamericana de Comercio (ALALC) fue un la propuesta de integración económica gradual y asociada a los desarrollos naciones patrocinada por Argentina, Brasil y México, ante la de una integración acelerada y supranacional de Chile, Venezuela y Colombia.

La relación bilateral entre México y Uruguay se reforzó por la coparticipación en la organización del primer intento integracionista de América Latina, la Asociación Latinoamericana de Comercio (ALALC). Posteriormente suscribieron el Tratado de Montevideo de 1980, por mediante el cual se establece la estructura y funciones actuales de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

[1] Los asilados fueron uruguayos de todas condiciones sociales, incluyendo niños de meses de edad a nueve años, entre los adultos destacan la alta composición de obreros, intelectuales, artistas, estudiantes, profesionistas, profesores y algunos militares. Estos últimos eran perseguidos por su oposición firme al golpe de estado y a las prácticas de persecución y tortura. Todos los asilados recibieron muestras de solidaridad de México. Se conformó en México una comunidad uruguaya con base en este núcleo de exiliados, pero también con aquellos que accedieron a nuestro país por otros medios. Durante su estancia en México enriquecieron con sus conocimientos y quehaceres la vida cultural, académica, y científico-técnica.