Cancún, Quintana Roo, 24 de agosto de 2015

Versión estenográfica del mensaje del canciller José Antonio Meade Kuribreña en la inauguración de la Primera ‎Conferencia de los Estados Partes (1CEP) del Tratado sobre el Comercio de Armas (TCA)

Le agradecemos mucho al gobernador del estado de Quintana Roo, a Roberto Borge; al presidente municipal, Paul Carillo, que hoy nos ofrezcan su hospitalidad.

Estamos ciertos de que quienes no habían visitado Cancún antes, habrán de reincidir después de esta conferencia.

El evento que nos congrega el día de hoy es un ejemplo claro de que el trabajo diplomático puede salvar distancias, y es una historia que merece ser contada; no es una historia anónima, no es un accidente, la diplomacia internacional enfrentaba un problema real, enfrentaba un problema de un niño con armas convencionales que participaba en un ejército.

Se trataba de una historia en donde un ciudadano se encontraba en medio de un tiroteo entre organizaciones delincuenciales con armas convencionales, y eso resultaba en un accidente o en una muerte.

Nos encontrábamos como diplomáticos frente a instancias en donde organizaciones terroristas tenían acceso a armas convencionales. Teníamos en consecuencia un problema claro, una mala estructuración del mercado de armas convencionales estaba dando lugar a que se perdieran vida a un ritmo alarmante.

El reto, en consecuencia, es qué podría hacer la comunidad internacional para salvar esas vidas, y cómo y quién tendría que estar en la mesa para lograr un resultado exitoso.

Evidentemente se necesitaba, en primer lugar, de una participación relevante de la industria, de una industria que cooperara con la diplomacia internacional para construir un mercado responsable de armas convencionales, que requirió de la participación activa de la sociedad civil, que requirió también del juego y compromiso de equilibrio de las Naciones Unidas y de la participación comprometida de todos los que están aquí reunidos el día de hoy.

Y es una historia que se puede contar en por lo menos cuatro años: uno primero, que ya refirió el Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, con una idea que surge en Costa Rica, una idea de que la forma de salvar vidas era a través de regular, de construir, un marco normativo para que tuviéramos un comercio de armas responsable.

Algunos años después, en alguna ciudad europea, se juntaron diplomáticos ingleses, había diplomáticos mexicanos, estaba la sociedad civil organizada. Y frente a este problema encontraron que en esa idea original de Costa Rica, había una posible respuesta.
Esa noche resultó, algunos meses después, en una llamada del gobierno inglés, a la que convocó a 25 Estados Partes, y ahí se centralizó la posibilidad de un tratado de armas como el que hoy aquí nos congrega.

Cinco años después de una ardua negociación tenemos un Tratado de Armas Convencionales importante, un tratado de armas con medidas claras, un tratado de armas que hace que compartir información del primer análisis de riesgo, de llevar adecuados registros y la posibilidad de, por la vía de eliminar el comercio de armas convencionales, salvar vidas.

Siendo el gobierno de México, el gobierno del presidente Peña Nieto uno de los primero signatarios en ratificar el convenio y depositarlo, nos tiene hoy en Cancún.

Una ardua preparación de todos ustedes, encabezados por parte de México, y que hoy reconocemos por el embajador Lomónaco, nos permite estar en posibilidad de discutir juntos cómo universalizamos el tratado, cómo lo implementamos adecuadamente, como dotamos a la Conferencia de las Partes de un buen reglamento, de una buena estructura financiera, de una sede para su secretariado.

Todo ello habrá de suceder en Cancún, y habremos por lo tanto, de hacer de Cancún puerta de entrada de una nueva era de cooperación, de una era en donde el comercio responsable de armas, sea parte de la solución y no parte del problema.

Queremos hacer de Cancún, queremos hacer de esta Primera Conferencia de los Estados Partes una prueba clara, del sentido de responsabilidad global, que quienes estamos aquí compartimos.

Queremos trabajar y trabajar mucho para logar establecer un buen régimen institucional para esta conferencia de las partes. Que tengamos reglamento, que tengamos disposiciones financieras, que tengamos un secretariado y que todo ello sirva para instrumentar adecuadamente el tratado y lograr que un comercio responsable de armas resulte en una menor pérdida de vidas humanas.

Con esta introducción, con esta participación, con este panel que compartimos inaugural, quiero pedirles que me acompañen a este efecto. Hoy 24 de agosto en Cancún, México, me toca el gran honor de declarar formalmente inaugurados los trabajos de la Primera Conferencia de los Estados Partes del Tratado sobre el Comercio de Armas.

Muchas Gracias y mucho éxito.

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