#México asume la responsabilidad global de reducir riesgos químicos

El Convenio de Estocolmo tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de los compuestos orgánicos persistentes (COP).

En la actualidad, los miembros de la sociedad llevan en su cuerpo cerca de 300 sustancias que no estaban presentes en generaciones anteriores. Se desconoce la toxicidad a largo plazo y a bajas dosis de la mayoría de estos químicos.

El Convenio de Estocolmo reconoce que los contaminantes orgánicos persistentes tienen propiedades tóxicas, son resistentes a la degradación, se bioacumulan y son transportados por el aire, el agua y las especies migratorias a través de las fronteras internacionales y depositados lejos del lugar de su liberación, acumulándose en ecosistemas terrestres y acuáticos.

El convenio tiene como objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente, y para lograr esto, establece varias medidas para disminuir la presencia de estos compuestos mediante acciones de restricción y prohibición en su producción y uso.

En la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sustentable de 2002, los gobiernos participantes, entre ellos México, estuvieron de acuerdo en “usar y producir sustancias químicas de manera que no conduzca a la generación de efectos adversos significativos en la salud humana y el ambiente” y fijaron la fecha de 2020 para alcanzar dicha meta.

México firmó el convenio el 23 de mayo de 2001, en Suecia, y lo ratificó el 10 de febrero de 2003. Fue el primer país de Latinoamérica que ratificó este convenio, el cual entró en vigor el 17 de mayo de 2004.

El reporte “Costos de la Inacción en el Manejo Ambientalmente Adecuado de Sustancias Químicas”, del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente de 2013, muestra que los costos asumidos por todos los segmentos de la sociedad, incluyendo los negocios, derivados de la producción, uso y disposición de sustancias dañinas, son demasiado altos.

Si se lograra una reducción del 10% en los niveles de tóxicos atmosféricos cancerígenos en la Ciudad de México, se estima que habría una disminución del número de casos de cáncer entre la población hasta en 100 casos por año.